miércoles, 11 de junio de 2008

UN RÍO DE CORRIENTES QUE SE BIFURCAN PARA UNIRSE

Don Luís de Góngora y Argote (1561 – 1627) y don Francisco de Quevedo y Villegas (1580 – 1645), enfrentados en los breves instantes de su vida terrenal, como individualidades aparentemente opuestas, están hermanados, al menos hoy, en dos aspectos. No el de la enorme importancia que ambos revisten para la literatura del siglo de Oro Español. Sino en algo más trascendente.

Están armonizados en las cenizas de la muerte que les recuerdan su fundamento mineral, permanente en el suelo pero transitorio al menor soplo de brisa. Y en las palabras que los reúne en vertientes diversas, precipicios que se juntan en el aire y adquiere un significado que cae en cataratas de emociones muy bien construidas.

El tema de la muerte, tratado por ambos, además los vuelve a vincular estrechamente. Su misma raíz, bifurcada en dos visiones hecha palabra, expresa el misterio de la vida en la conclusión de un sueño terrenal.

Su afecto al tema del amor los vuelve a reunir, aunque siempre parezcan ir de espalda el uno contra el otro.

Pero ahora aquí, ha llegado el momento, el tiempo y el espacio donde se reúnen a dialogar en sus poemas, a la visión de tu entendimiento, esperando que tú, lector invisible pero real, te veas movido por sus frases, por sus versos para hacer algún comentario. Vale.


GÓNGORA EN DOS TIEMPOS

DE LA BREVEDAD ENGAÑOSA DE LA VIDA


Luis de Góngora y Argote


Menos solicitó veloz saeta

destinada señal, que mordió aguda;
agonal carro por la arena muda
no coronó con más silencio meta,

que presurosa corre, que secreta,
a su fin nuestra edad. A quien lo duda,
fiera que sea de razón desnuda,
cada Sol repetido es un cometa.

¿Confiésalo Cartago, y tú lo ignoras?
Peligro corres, Licio, si porfías
en seguir sombras y abrazar engaños.

Mal te perdonarán a ti las horas:
las horas que limando están los días,
los días que royendo están los años.

MIENTRAS POR COMPETIR CON TU CABELLO

Mientras por competir con tu cabello,
oro bruñido al sol relumbra en vano;
mientras con menosprecio en medio el llano
mira tu blanca frente el lilio bello;

mientras a cada labio, por cogello,
siguen más ojos que al clavel temprano;
y mientras triunfa con desdén lozano
del luciente cristal tu gentil cuello;

goza cuello, cabello, labio y frente,
antes que lo que fue en tu edad dorada
oro, lilio, clavel, cristal luciente,

no sólo en plata o vïola troncada
se vuelva, mas tú y ello juntamente
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada.

QUEVEDO EN DOS TIEMPOS

AMOR CONSTANTE MÁS ALLÁ DE LA MUERTE

Francisco de Quevedo y Villegas

Cerrar podrá mis ojos la postrera
Sombra que me llevare el blanco día,
Y podrá desatar esta alma mía
Hora, a su afán ansioso lisonjera;

Mas no de esotra parte en la ribera
Dejará la memoria, en donde ardía:
Nadar sabe mi llama el agua fría,
Y perder el respeto a ley severa.

Alma, a quien todo un Dios prisión ha sido,
Venas, que humor a tanto fuego han dado,
Médulas, que han gloriosamente ardido,

Su cuerpo dejará, no su cuidado;
Serán ceniza, mas tendrá sentido;
Polvo serán, mas polvo enamorado.


ARREPENTIMIENTO Y LÁGRIMAS DEBIDAS AL ENGAÑO DE LA VIDA

Huye sin percibirse lento el día,
Y la hora secreta y recatada
Con silencio se acerca, y despreciada,
Lleva tras sí la edad lozana mía.

La Vida nueva que en niñez ardía,
La juventud robusta y engañada,
En el postrer invierno sepultada
Yace entre negra sombra y nieve fría.

No sentí resbalar mudos los años;
Hoy los lloro pasados, y los veo
Riendo de mis lágrimas y daños.

Mi penitencia deba a mi deseo,
Pues me deben la Vida mis engaños,
Y espero el mal que paso y no le creo.

jueves, 29 de mayo de 2008

UNA REUNIÓN INFORMAL

Ilustración: Alejandro José Bello Rosales


Joe Galatro se reunió con sus amigos Billy & Migue. Fue un sorpresivo encuentro donde intercambiaron las plumas con que firmaron la declaración final. Al fin y al cabo no supieron distinguir el ganso que las produjo. Y la misma declaración fue desechada. No quisieron solemnizar el acto con la expresión de deseos que nadie se atreviese a cumplir o que nadie quiere emprender.

Así que, en vez de declaración, contaron algunas anécdotas sobre sus obras, le facilitaron a Joe algunos de sus poemas – los que se publicara en este número del blog – y firmaron una página en blanco en señal de que en ella se contenían todas las posibilidades de la literatura. Como lo hacen en sus respectivas obras, según acotó Joe, ruborizándolos o tal vez disgustándolos.

Finalmente, posaron para una foto. Pero se negaron a que fuese tomada a la usanza moderna y contrataron a un avezado ilustrador para perpetuar el momento. Y aunque no le pagaron honorarios. Todos quedaron muy satisfechos por ello. Menos el ilustrador que se conformó con la promesa de fama y gloria que estos desarrapados genios le hicieran.


Firma de la declaración de Billy, Migue y Joe

SONETO 53

William Shakespeare


¿Qué sustancia es la vuestra, de qué forma estáis hecho,
que millares de formas extrañas os circundan?
Si cada uno tiene, por ser uno, una sombra,
Por qué vos siendo uno a tantas os prestáis.


Si se describe a Adonis, es su bello retrato,
una mísera copia de lo que sois vos mismo.
Se pone en la mejilla de Helena el bello arte
y tú en ropajes griegos, pintado eres de nuevo.


Se habla de primavera y el cosechón del año,
y apenas uno es sombra de tu bello espectáculo
y el otro vagamente como tu esplendidez
y en toda bella forma os reconoceremos.


En toda gracia externa, tenéis algo de parte,
mas sois uno y con vos, no hay alma comparable.



Sonnet 53

What is your substance, whereof are you made,
That millions of strange shadows on you tend?
Since every one hath, every one, one shade,
And you but one, can every shadow lend:

Describe Adonis and the counterfeit,
Is poorly imitated after you,
On Helen's cheek all art of beauty set,
And you in Grecian tires are painted new:

Speak of the spring, and foizon of the year,
The one doth shadow of your beaty show,
The other as your bounty doth appear,
And you in every blessed shape we know.

In all external grace you have some part,
But you like none, none you for constant heart.




Sin otra intervención que la del traductor, se presenta el soneto 53, afectuoso canto a la belleza asexuada. Donde el amigo Wil utiliza los términos en su justo sitio – ir más allá sería pasar al vacío – en su proporción exacta, la áurea, para provocar en el espectador de la palabra esas sensaciones que éste no puede devolver en el mismo lenguaje.


Nota de J. G.

DOS POEMAS DE CERVANTES Y UNO DE GÓNGORA, POR ASOCIACIÓN, CON COLOFÓN DE LOPE DE VEGA

Notas de Joe Galatro

BUSCO EN LA MUERTE LA VIDA,

Miguel de Cervantes Saavedra


Busco en la muerte la vida,
salud en la enfermedad,
en la prisión libertad,
en lo cerrado salida
y en el traidor lealtad.

Pero mi suerte, de quien
jamás espero algún bien,
con el cielo ha estatuido,
que, pues lo imposible pido,
lo posible aún no me den.


Las contradicciones expuestas en las palabras fielmente organizadas, dan esa demoledora visión de sí mismo que expresa el autor. Al final no sabemos si, con él, reírnos de su infortunio o aceptarlo como parte de su vida. Y como parte de toda vida.

Por el contrario, en el siguiente poema de Cervantes, la alabanza exagerada de Góngora se vuelve casi un irónico insulto por el que algunos seguidores del barroco poeta se rasgan las vestiduras.



ELOGIO A GÓNGORA (Fragmento)


Miguel de Cervantes Saavedra


Aquel que tiene de escribir la llave,
con gracia y agudeza en tanto estremo,
que su ygual en el orbe no se sabe

es don Luis de Góngora, a quien temo
agraviar en mis cortas alabanças,
aunque las suba al grado más supremo.


Y como de Góngora tratara nuestro amigo, traemos a este círculo estrecho a don Luis con una de sus obras donde penetra en el amor a través de la lengua. Es decir, su verbalidad exalta con sonora adjetivación un proceso de extasío. Valgan sus palabras más que comentario alguno.



LA DULCE BOCA QUE A GUSTAR CONVIDA

Don Luís de Góngora y Argote


La dulce boca que a gustar convida
un humor entre perlas distilado,
y a no invidiar aquel licor sagrado
que a Júpiter ministra el garzón de Ida,
amantes, no toquéis si queréis vida,
porque entre un labio y otro colorado
Amor está, de su veneno armado,
cual entre flor y flor sierpe escondida.
No os engañen las rosas, que a la Aurora
diréis que, aljofaradas y olorosas,
se le cayeron del purpúreo seno;
manzanas son de Tántalo y no rosas,
que después huyen del que incitan ahora,
y sólo del Amor queda el veneno.


Como de elogiar a Góngora se trata, en este homenaje a Cervantes. Colocamos de colofón este otro poema del inefable Lope de Vega que al poeta siempre glorificó.


A DON LUIS DE GÓNGORA

Lope de Vega

Claro cisne del Betis que, sonoro
y grave, ennobleciste el instrumento
más dulce, que ilustró músico acento,
bañando en ámbar puro el arco de oro,

a ti lira, a ti el castalio coro
debe su honor, su fama y su ornamento,
único al siglo y a la envidia exento,
vencida, si no muda, en tu decoro.

Los que por tu defensa escriben sumas,
propias ostentaciones solicitan,
dando a tu inmenso mar viles espumas.

Los ícaros defienda, que te imitan,
que como acercan a tu sol las plumas
de tu divina luz se precipitan.





UN POEMA DE JOE GALATRO

Ante el túmulo erigido
al animal desconocido
muerto en una guerra
que nunca deseó

el ser humano
una llama perenne
encendió

¿Un homenaje a su propia ignorancia,
expiación de sus culpas,
exaltación de su ilimitada estupidez?

No

Arde la flama para que la creatura
nunca se atreva
de la tierra a retoñar

Porque si llegara a hacerlo
un buen asado sería
un buen bocado
un buen jamón abrasado
una exquisitez
podrida
pero muy bien cocida
al fuego eterno y lento del honor


Nota de J. G.: No podía dejar pasar la ocasión de nuestro célebre encuentro con Wil y Miguel para presentarle a mis invitados un producto de mi atormentada inspiración.